viernes, 26 de abril de 2013

CUENTO



LA TENTACIÓN
Ratos felices eran para Rosalía éstos que pasaban con la marquesa
discutiendo la forma y manera de arreglar sus vestidos. Pero el
gozo mayor de ella era acompañar a su amiga a las tiendas, aunque
pasaba desconsuelos por no poder comprar las muchísimas cosas buenas que veía. El timpo se les iba sin sentirlo. Milagros se hacía
mostrar todo lo de la tienda; revolvía, comparando; pasaba del
brusco antojo al frío desdén; regateaba, y concluía por adquirir
diferentes cosas, cuyo importe cargábanle en su cuenta. Rosalía,
si algo compraba, después...

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